Vestir de un solo color es una tendencia que nunca pasa de moda, ya que aporta elegancia y sofisticación. Sin embargo, si no se combina bien, puede parecer monótono o sin vida. La clave está en jugar con diferentes tonalidades, texturas y accesorios para lograr un look equilibrado y estiloso.
1. Juega con distintas texturas
El uso de diferentes materiales dentro de un mismo color evita que el look se vea plano. Por ejemplo:
✔ Un suéter de lana con un pantalón de cuero o satén.
✔ Un blazer de lino con un vestido de algodón.
✔ Un top de seda con un pantalón de mezclilla.
Esta combinación de texturas añade dimensión y hace que el outfit se vea más interesante.
2. Usa diferentes tonalidades del mismo color
No es necesario que todas las prendas sean exactamente del mismo tono. Jugar con distintas intensidades dentro de la misma gama ayuda a dar profundidad al look. Por ejemplo, si eliges el azul, puedes mezclar tonos marinos con celestes y azul medio para crear contraste sin romper la armonía.
3. Agrega accesorios llamativos
Los detalles pueden transformar un look monocromático sin restarle elegancia. Algunas ideas incluyen:
✔ Un cinturón en un tono metálico o con textura.
✔ Un bolso estructurado o con algún estampado sutil.
✔ Zapatos en el mismo color pero con un acabado diferente (mate, charol, gamuza).
✔ Joyería dorada o plateada para resaltar el conjunto.
4. Experimenta con colores neutros y vibrantes
Los looks monocromáticos en tonos neutros como blanco, beige o negro siempre funcionan, pero los colores vibrantes también pueden verse sofisticados si se combinan bien. Un outfit completamente rojo, verde o morado puede ser impactante si se mantiene el equilibrio en las prendas y accesorios.
5. Equilibra las proporciones
Si usas un conjunto monocromático, juega con los cortes y las formas para que el look no se vea plano. Por ejemplo:
✔ Un top ajustado con un pantalón de pierna ancha.
✔ Un vestido suelto con un cinturón que marque la cintura.
✔ Un blazer oversized con pantalones entallados.